1. Definición
La artritis psoriásica es una enfermedad inflamatoria crónica no contagiosa que afecta a las articulaciones y/o entesis (zona de unión del tendón y ligamento al hueso). La afectación de la psoriasis cutánea afecta entre un 2-3% de la población general. De estos pacientes entre un 10- 30% van a padecer artritis psoriásica. La artritis psoriásica también puede surgir en personas sin psoriasis cutánea, pero con antecedentes familiares de psoriasis. Se sabe que los casos más graves de psoriasis y con afectación ungueal (uñas) pueden tener más probabilidad de padecer artritis. La artritis psoriásica puede manifestarse en todas las edades, incluso en niños, y sin distinción de género, aunque es más probable en la etapa que va desde los 30 a los 64 años. La lesión articular es de tipo inflamatorio, es decir, cursa con dolor, hinchazón, calor y dificultad de movimiento de la articulación. Puede afectar a cualquier articulación del cuerpo, incluso a la columna vertebral, aunque es más frecuente a nivel de las extremidades inferiores (rodillas, tobillos, pies). Si la inflamación articular no se trata de forma precoz puede producirse una destrucción articular con la consiguiente deformidad e incapacidad funcional a largo plazo. Por ello, es vital ante la aparición de síntomas articulares acudir al reumatólogo para un diagnóstico temprano con el fin de evitar el daño irreversible.
2. Síntomas y manifestaciones
La forma de manifestarse de la artritis psoriásica es diferente para cada individuo. En el 85% de los casos la psoriasis aparece años antes que la artritis, sólo en un 5-10% de los pacientes la artritis precede a la psoriasis. Por tanto, el dermatólogo tiene un papel fundamental a la hora de detectar los síntomas articulares para remitir al paciente al reumatólogo lo antes posible. Podemos distinguir diversas manifestaciones clínicas dentro de la artritis psoriásica:
- A nivel de la piel:
– Psoriasis: se trata de placas de piel enrojecida bien delimitadas, cubiertas de escamas blanquecinas y que frecuentemente se distribuyen de forma bilateral afectando especialmente a las zonas de roce, como los codos o las rodillas, y en el cuero cabelludo, pero puede afectar a toda la superficie cutánea. Las placas descamativas de la psoriasis suelen producir pocos síntomas salvo un discreto picor. También es frecuente la afectación de las uñas (psoriasis ungueal).

©Fondo de Imagen de la Sociedad Española de Reumatología. Artritis psoriásica. Lesiones cutáneas y sinovitis de rodilla izquierda. Dres. Mª Luisa Muñoz Guillén y Juan José García Borras.

©Fondo de Imagen de la Sociedad Española de Reumatología. Onicopatía psoriásica. Dra. María Cristina Mata Arnaiz.
- A nivel articular:
– Artritis en extremidades: se produce en más de la mitad de los pacientes con artritis psoriásica. Se caracteriza por dolor, calor, enrojecimiento, rigidez e incapacidad de movilizar la articulación. La artritis puede empezar por una articulación, pero es frecuente que al cabo del tiempo se extienda a otras articulaciones, generalmente de forma asimétrica. Cualquier articulación puede estar afectada, pero es más frecuente en rodillas, tobillos, codos, muñecas, y en las articulaciones de los dedos de las manos. Sobre un 5% de los pacientes presentan artritis de las articulaciones interfalángicas distales (situadas junto a las uñas) es un rasgo muy distintivo y característico de la enfermedad, y permite diferenciarla de la artritis reumatoide. Hay una forma de artritis destructiva denominada como mutilante, con deformidad y acortamiento de los dedos en forma de telescopio, es poco frecuente (5% de pacientes). A los síntomas articulares se puede asociar en ocasiones cansancio, fiebre y mal estado general.

©Fondo de Imagen de la Sociedad Española de Reumatología. Artritis bilateral de 2-3 MCFs en paciente con artritis psoriásica. Dr. Carlos Rodríguez Escalera.

©Fondo de Imagen de la Sociedad Española de Reumatología Artritis psoriásica. Artritis IFD y lesiones ungueales.
Dres. Juan R. Corts y Juan A. Castellano.
– Lumbalgia inflamatoria: cuando la inflamación articular tiene lugar en la columna vertebral (5-40% pacientes), preferentemente en la unión lumbar con la pelvis (articulaciones sacroilíacas). Surge con unos síntomas específicos, como es dolor lumbar nocturno, en la región de las nalgas, que hace levantar al paciente de madrugada. Suele mejorar con el movimiento y responde muy bien a los antinflamatorios, en general. Se debe tener en cuenta que el 90% de la población sufre lumbalgias mecánicas (no surge por inflamación sino por alteración de la estructura) a lo largo de su vida, que suelen ceder en menos de diez días y mejoran en reposo; sin embargo la lumbalgia inflamatoria de la artritis psoriásica persiste estando el paciente acostado.
– “Dedo en salchicha” (dactilitis): es un rasgo característico de la enfermedad y confiere peor pronóstico. Consiste en la inflamación conjunta de las articulaciones y de los tendones de los dedos de manos o pies, por lo que el dedo afectado duplica su grosor en comparación con el no afectado. En ocasiones no viene acompañado de dolor.

©Fondo de Imagen de la Sociedad Española de Reumatología. Artritis psoriásica. ‘Dedo en salchicha’ (dactilitis). Dr. Antonio Naranjo.
– Dolor e hinchazón de los tendones (entesitis): menos frecuente pero también posible, especialmente en la región Aquílea y plantar de los pies (dolor a nivel de los talones). En casos con hinchazón severo que puede impedir caminar.

©Fondo de Imagen de la Sociedad Española de Reumatología. Tendinitis aquílea. Paciente con artritis idiopática juvenil forma artritis entesitis HLA B27 +. Dr. Juan Carlos López Robledillo.
A su vez, la artritis psoriásica se clasifica según la zona afectada porque son diferentes clínica y genéticamente:
– La columna vertebral (axial): dentro de esta forma se diferencian dos estadios: uno más precoz en el que todavía no se ha producido daño articular en las radiografías, denominado espondiloartritis axial no radiográfica; y por otro lado las formas más evolucionadas, como la espondilitis anquilosante, que dan lugar a anquilosis vertebral y de articulaciones sacroiliacas, con la consecuente rigidez y perdida de movilidad.
– Las extremidades (periférica).
– Forma mixta: sobre un tercio de los pacientes presentan una combinación de ambas formas.
- Otras zonas afectadas:
La artritis psoriásica es una enfermedad multisistémica, por lo que puede afectar a otras partes del cuerpo, además de las articulaciones y de la piel, como son:
– El ojo: dando uveítis, siendo una causa de “ojo rojo”, que puede venir acompañado de una reducción de la visión y dolor. Este tipo de afectación es más frecuente en casos de artritis psoriásica con afectación de la columna y en los que presentan el marcador genético HLA B27 positivo.
– El intestino: con la presencia de enfermedad inflamatoria intestinal (como la Colitis Ulcerosa y la Enfermedad de Crohn).
– Riesgo cardiovascular: en la psoriasis y artritis psoriásica están aumentado los factores riesgo cardiovascular, como son la obesidad, hipertensión, resistencia a la insulina o diabetes y dislipemia, todos ellos integrantes de lo que se denomina el síndrome metabólico, que conlleva a un aumento del riesgo cardiovascular en estos pacientes. Por ello es fundamental que tanto médicos como pacientes controlen de forma estricta, la obesidad y el síndrome metabólico, para mejorar el control de la artropatía psoriásica y reducir el riesgo cardiovascular.
– Esfera psíquica y emocional: un aumento de síntomas de depresión y ansiedad derivado por la localización y extensión de la psoriasis en la piel y uñas; y por el dolor, la discapacidad o imposibilidad de realizar tareas. Todo ello provoca un empeoramiento en la calidad de vida y bienestar de los pacientes.
3. Curso y evolución
El curso de la artritis psoriásica es difícil de predecir, ya que es irregular y variable en cada individuo, aunque en la mayoría de los pacientes la evolución suele ser buena. Existen varios factores que determinan la evolución y pronóstico de la enfermedad:
- Factores genéticos: actualmente no se puede actuar sobre ellos.
- Extensión de la enfermedad: no es lo mismo que la enfermedad se presente con afectación de pocas articulaciones, a que se inicie con afectación de muchas articulaciones (cuatro o más).
- Tiempo de evolución: fundamental porque si la inflamación articular no se trata de forma precoz puede producirse una destrucción articular con la consiguiente deformidad e incapacidad funcional a largo plazo.
Un diagnóstico y tratamiento precoz consigue una buena evolución y frenar el daño estructural y la discapacidad.
4. Causas
La causa de la artritis psoriásica a día de hoy no se conoce, se cree que es la consecuencia de una suma de factores genéticos, inmunológicos y ambientales. Los factores genéticos o hereditarios pueden influir en la aparición de la enfermedad en unos pacientes y no en otros, pero se desconoce exactamente cuál es el elemento determinante para que unas personas desarrollen la artritis y otras con la misma herencia, no lo hagan. En cualquier caso, un 30% de los pacientes tienen familiares cercanos afectados. Otros factores, como tener una infección, el tabaquismo, la obesidad, sufrir traumatismos o el estrés, pueden actuar como desencadenantes de la enfermedad en personas susceptibles genéticamente, lo que provocaría una respuesta inmunológica anómala y desencadenaría la enfermedad. Al no conocer la causa, actualmente no se puede prevenir la enfermedad.