1. Impacto en los principales hábitos de vida: qué hacer y qué no
Dieta
La nutrición y la salud se encuentran íntimamente ligadas. El control del peso en los pacientes con psoriasis y artritis psoriásica es un factor clave para tener un buen control de la enfermedad, una buena respuesta a los tratamientos y reducir el riesgo cardiovascular.
Sabemos que la presencia de sobrepeso y obesidad se asocia a:
- Mayor riesgo de desarrollar psoriasis y artritis psoriásica. Además la relación es bidireccional, la obesidad predispone a la psoriasis y a la inversa.
- Mayor gravedad de la psoriasis y artritis psoriásica.
- Mayor resistencia a la respuesta de los tratamientos.
- Más probabilidades de padecer otras enfermedades, como hipertensión, diabetes y dislipemia, que conlleva a un aumento del riesgo cardiovascular.
- Mayor riesgo de desarrollar tumores.
En pacientes con sobrepeso u obesidad, una pérdida de peso entre el 5-10% del peso basal reduce las manifestaciones inflamatorias de la psoriasis, incrementa la probabilidad de alcanzar actividad mínima de enfermedad con terapia anti-TNF en artritis psoriásica, y reduce el riesgo cardiovascular.
Para conseguirlo el paciente debe seguir una dieta mediterránea hipocalórica, la cual se asocia a menor índice de obesidad abdominal y ha demostrado disminuir el riesgo cardiovascular (Estudio PREDIMED). La dieta mediterránea se caracteriza por una alta ingesta de frutas, verduras, cereales, pescado, legumbres, nueces y aceite de oliva; baja ingesta de carnes rojas; y consumo moderado de un vaso de vino al día. Se debe evitar ingerir alimentos procesados con alto contenido de azúcar y grasa, así como comida ”basura” que predispone al organismo a otras enfermedades crónicas. En pacientes con índice masa corporal (IMC) mayor de 35 se podría considerar la posibilidad de realizar una cirugía bariátrica, aunque no existen todavía datos de ensayos clínicos en pacientes con psoriasis y artritis psoriásica.
Además, un estudio reciente ha demostrado que en pacientes con psoriasis, con una baja adherencia a la dieta mediterránea, un bajo consumo de pescado y de aceite de oliva, se asocia a mayor severidad de la psoriasis. En artritis psoriásica por ahora no se han realizado estudios.
Se recomienda seguir las pautas de la dieta mediterránea a pacientes con psoriasis y artritis psoriásica, por su demostrado efecto antinflamatorio y preventivo a nivel riesgo cardiovascular.
Con respecto a otras dietas, como las ricas en ácidos grasos omega 3, sustancias presentes en el pescado azul, no hay datos que apoyen su utilidad en la psoriasis y artritis psoriásica. Las dietas sin gluten pueden ser beneficiosas en pacientes con psoriasis y/o artritis psoriásica asociada a celiaquía y/o hipersensibilidad al gluten. Otros suplementos dietéticos con potencial efecto antinflamatorio como los antioxidantes (selenio, cobre, zinc, coenzima Q, Vitamina A, E y C) no han mostrado ningún beneficio en el tratamiento de la psoriasis ni artritis psoriásica.
Reposo y actividad física
El reposo relativo es importante cuando la artritis psoriásica está activa y las articulaciones duelen, están rígidas e inflamadas porque ayuda a disminuir la fatiga y la inflamación durante los episodios agudos.
Sin embargo, cuando la actividad de la enfermedad es baja, la actividad física es fundamental. Un programa de ejercicio físico debe enfatizar en ejercicio aeróbico de bajo impacto, fortalecimiento de los músculos y flexibilidad, siempre adecuados al estadio de la enfermedad. El reumatólogo y/o rehabilitador y/o fisioterapeuta puede ayudar a diseñar, y mantener, un programa de ejercicio personalizado.
Tabaco
El tabaquismo siempre resulta perjudicial para la salud y más aún cuando tenemos algunas enfermedades asociadas.
Según estudios recientes, fumar cuando se padece psoriasis o artritis psoriásica tiene efectos negativos por diferentes motivos:
- Se ha asociado con mayor predisposición a desarrollar psoriasis especialmente, y artritis psoriásica. El riesgo de padecer la enfermedad aumenta proporcionalmente con el consumo de tabaco, por encima de 10-15 cigarrillos diarios.
- Los pacientes fumadores con psoriasis presentan un peor estado de salud, respuesta y adherencia a los tratamientos anti- TNF alpha.
- El tabaco se asocia a una mayor progresión de la enfermedad en aquellos pacientes con afectación de la columna (espondiloartritis psoriásica), favoreciendo la anquilosis.
- El tabaquismo es un factor de riesgo cardiovascular. En la psoriasis y en la artritis psoriásica el riesgo cardiovascular está también incrementado, por el proceso inflamatorio existente, por lo que debemos intentar evitar todos aquellos hábitos que perjudiquen nuestra salud cardiovascular.
- El tabaco se asocia al desarrollo de tumores.
Por estos motivos, entre otros, los pacientes con psoriasis y artritis psoriásica no deben fumar.
Alcohol
Los pacientes con psoriasis especialmente, y artritis psoriásica, pueden tener un mayor riesgo de consumo excesivo de alcohol, lo que puede tener importantes consecuencias porque el alcohol combinado con determinados fármacos (metotrexate, leflunomida, sulfasalacina, ciclosporina y terapias biológicas) que se utilizan en la artritis psoriásica, causan inflamación del hígado, consecuencia que puede dificultar el tratamiento y control de la enfermedad. Otro punto importante es la asociación del alcohol con mayor predisposición de desarrollo de psoriasis y mayor riesgo de tumores.
Manejo del estrés
Se ha demostrado que el estrés ejerce un impacto crucial en la psoriasis, y está ligado a la inflamación. Algunas formas de reducir el estrés son:
- El ejercicio físico regular.
- Prácticas como el yoga, el taichi y la meditación.
- Pasar tiempo con familiares y amigos.
Medicina complementaria y alternativa
Podríamos definir la medicina complementaria y alternativa como todas aquellas estrategias terapéuticas que no utilizan fármacos con evidencia científica probada. Este apartado incluye los suplementos nutritivos, baños de barro, quiropraxia o la osteopatía y la acupuntura. No existe ninguna evidencia sólida que demuestre eficacia alguna de ningunos de estos métodos ni en psoriasis ni en artritis psoriásica. Si se está utilizando alguna de estas terapias se debe indicar al médico para asegurarnos de no son contraproducentes para la salud.
2. Estrategias motivacionales
Debido a la importancia y el impacto que tiene nuestro estilo de vida en la enfermedad, aprender a convivir con la APs también supone en gran medida la readaptación de nuestros hábitos dietéticos o nutricionales, de actividad física, de tabaco… y esto no suele ser sencillo.
Incorporar hábitos requiere decisión y esfuerzo, pero ¿te compensa el esfuerzo de incorporar nuevos hábitos? Si te compensa y eliges hacerlo ¿por dónde empezar? Algunas estrategias que te pueden ayudar:
- Encontrar los motivos de valor emocional. ¿Para qué cuidarte? Siempre es más fácil cuidarse cuando tenemos una o varias buenas razones para hacerlo (Estar en forma me ayuda a jugar con mis hijos sin fatigarme)
- Elegir qué cambiar. Comenzar por uno o dos cambios concretos por ejemplo: salir a caminar 15 minutos cada tarde (si la enfermedad no está muy activa).
- Más importante que cambiar muchas cosas es la persistencia de pocas. Empezar con muchos cambios a la vez puede resultar muy difícil y desmotivarnos.
- Plantearse objetivos que sean realistas y realizables.
- Utilizar recordatorios como una nota en la nevera o en el móvil que te ayuden a no olvidar.
- Puede que en algún momento te salgas del plan, pero tranquilo/a, salirse del plan forma parte del plan. Lo importante es darnos cuenta de ello para volver de nuevo a nuestros cuidados.
- Y seguir algún tipo de registro de los cambios, puede ser útil para recordarte todo lo que has conseguido.
3. Recomendaciones
La artritis psoriásica es un tipo de artritis crónica. En algunas personas es leve, con sólo brotes ocasionales. En otras personas es permanente y puede causar daño articular si no se trata. En la mayoría de los pacientes los tratamientos adecuados reducen o eliminan el dolor y/o la inflamación, evitan el daño articular, ayudan a mantener la capacidad funcional y favorecen una buena calidad de vida al paciente.
Ante la aparición de síntomas articulares es vital acudir al reumatólogo para un diagnóstico y tratamiento temprano con el fin de evitar el daño irreversible.